30 de abril de 2014

Los beneficios de las terapias manuales

Photo credit: Nick J Webb / Foter / Creative Commons Attribution 2.0 Generic (CC BY 2.0)


Desde hace ya algún tiempo, las terapias manuales parecen haberse puesto de moda, y lo que antes era un "lujo" desconocido, hoy en día está al alcance de todos.

Sin embargo, y a diferencia de otras modas pasajeras impulsadas por intereses económicos, las terapias manuales han llegado para quedarse; y el motivo es muy claro: los beneficios que aportan son tangibles y prácticamente inmediatos, ya que desde la primera visita al terapeuta empezamos a apreciarlos.

Estos beneficios son, por supuesto, físicos en primer lugar. Un buen masaje descontracturante nos dejará como nuevos, permitiendo a nuestros músculos volver a un estado de tensión normal y quitando esos molestos "nudos" que tanto malestar nos provocan. La visita a un osteópata dejará a nuestro cuerpo en un estado de perfecto funcionamiento (siempre en la medida en la que la patología lo permita, claro está), ya que el buen osteópata nos considerará como un todo interrelacionado y tendrá en cuenta todos los factores que conforman nuestra persona. Y un buen terapeuta utilizará y mezclará todas las técnicas a su alcance, sean de la disciplina que sean, para lograr el objetivo final, que no es otro que el bienestar.

Y aquí entramos en los otros beneficios, los que van más allá de lo simplemente físico, y es que, según la OMS:


"La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente 
la ausencia de afecciones o enfermedades"

Todo el mundo, incluso aquellos que aparentemente no tienen ninguna patología física, puede beneficiarse de una terapia manual. Los que las han probado pueden certificar el bienestar que sienten al salir de la consulta; un bienestar que va más allá de la ausencia de dolor: sensación de relajación, disminución sensible del estado de estrés... Mens sana in corpore sano.

Y es que sentirnos bien físicamente favorece un buen estado psicológico, que a su vez nos ayuda a desenvolvernos mejor en nuestro entorno social.

Poco a poco, más y más gente está incluyendo estas terapias manuales en su vida como una costumbre, más que como una necesidad puntual cuando hay dolor. Es otra forma de cuidarse y mimarse, al igual que vamos a la peluquería o a tomar un café con los amigos.

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